lunes, 4 de octubre de 2010

Apego y desarrollo emocional

El recién nacido vive a la madre como si fueran un ente único, como una parte de él mismo: se trata para él de un TODO indiferenciado. El pequeño se asusta de los extraños porque los ve como la “no-mamá”, es decir la ausencia de ella.
La relación más importante en la vida de un niño es su madre o cuidador primario, ya que esta primera relación determina el molde biológico y emocional para todas sus interacciones futuras. Un apego saludable a la madre, construido de experiencias de vínculo repetitivas durante la infancia, provee una base sólida para futuras relaciones saludables.
El compartir el día a día, el contacto estrecho, las experiencias y sobre todo el acto de amamantar, y todo lo que a él acompaña (miradas, caricias, balanceo, palabras o canciones), establece una comunicación entre ambos que se ha comprobado es fundamental para el desarrollo de la capacidad de AMAR.
La lactancia materna brinda un espacio de contacto íntimo muy especial entre la madre y el bebé, puesto que al succionar se estimula al pezón produciendo prolactina, sustancia que estimulará a la vez conductas maternales, el contacto corporal, el olor, la voz, las miradas, serán las primeras demostraciones de amor y de comunicación entre la madre y el bebé. La leche materna es especial, yo la defino como el mejor alimento para el cuerpo y el alma, porque además de ser rica en nutrientes y anticuerpos que consolidan el sistema inmunológico del recién nacido, satisface las necesidades emocionales más primitivas y a la vez más evolucionadas del ser humano. Amamantar es una de las mayores manifestaciones de amor, por eso aunque las madres trabajen o no logren producir mucha cantidad de leche, la “calidad” de ese momento se basa en el compartir aunque sea unas gotas de este regalo maravilloso. Los bebés no siempre piden “teta” por hambre, a veces sólo quieren que mamá los abrace, acune y brinde calor para sentirse protegidos, queridos y seguros.
El factor más importante en la formación y desarrollo de la esfera emocional, es el contacto físico positivo como los abrazos y besos, ya que estas actividades causan respuestas químicas específicas en el cerebro que llevan a la organización normal de los sistemas neurológicos y hormonales responsables del apego.
Durante los primeros tres años de vida, el cerebro desarrolla un 90% de su tamaño adulto y coloca en su lugar la mayor parte de los sistemas y estructuras que serán responsables de todo el funcionamiento emocional, conductual, social y fisiológico para el resto de la vida. De allí que las experiencias de vinculación conducen a un equilibrio emocional y capacidades de apego saludables cuando ocurren en los primeros años.
La socialización de un niño no sólo está influenciada por su personalidad si no por la inteligencia emocional que se desarrolle gracias a las manifestaciones de aprobación y cariño que le brinden sus padres. La autoestima se enriquece cuando un bebé es tratado con amor y consideración y sus logros, especialemnte los intelectuales, progresan rápidamente. Un niño querido y respetado aprende a amar y comprender a sus semejantes, es seguro de sí mismo y conoce sus capacidades y límites con mayot facilidad. El lenguaje entre padres e hijos es un vínculo a veces imperceptible pero muy rico, que se forma desde el primer contacto y evoluciona hasta formas inimaginables fuera de los límites racionales, hasta puntos de experimentar sensaciones a distancia, de allí debe provenir la explicación del “sexto sentido materno”.
En la actualidad está tomando importancia la relación o vínculo de apego del niño con el padre, figura ésta de gran importancia para el normal desarrollo evolutivo de todo ser. Y no es que no se considerara importante, sino que culturalmente los cuidados y cariños al bebé eran netamente un rol femenino. Todo esto ha cambiado afortunadamente para el bien del desarrollo equilibrado de nuetras nuevas generaciones.
Un vínculo seguro entre los padres y el niño durante la infancia influye en su capacidad para establecer relaciones personales sanas a lo largo de su vida, cuando los primeros vínculos son fuertes y seguros la persona es capaz de establecer un buen ajuste social, por el contrario la separación emocional con la madre, la ausencia de afecto y cuidado puede provocar en el hijo una personalidad poco afectiva o desinterés social.
Investigaciones psicológicas a lo largo de muchos años han demostrado que la baja autoestima, la vulnerabilidad al estrés y los problemas en las relaciones sociales están asociados con vínculos fraternales poco sólidos. Si las experiencias de vínculo han sido negativas y graves, el ser humano es más propenso a desarrollar trastornos psicopatológicos. Son las interacciones madre-niño las que influyen en el desarrollo socio-emocional y en la conducta actual y futura del bebé.
A pesar de las creencias populares que estigmatizan al hijo único, a los niños cuidados en el hogar o que inician su escolaridad no tan temprano como “caprichosos”, “consentidos” “malcriados” o hasta “ermitaños”, no se ha observado relación de esta situación con el desarrollo posterior de problemas de adaptabilidad o socialización si estos niños provienen de hogares bien establecidos y donde se les brindo mucho amor. De hecho puede verse el interés de estos niños en otros de su edad, ya que comprenden lo agradable de las buenas relaciones humanas. En conclusión, no pierda oportunidades para decirle a su bebé: TE AMO con palabras, con gestos y con acciones, toda manifestación de cariño da buenos frutos y siempre es recíproca así que disfrútela!

1 comentario:

Eva Felipe dijo...

Hola Morella soy Eva, hacia tiempo que no leia tus blogs, pero este me ha parecido especialmente interesante, mi hija ya tiene 2 años y yo estoy constantemente haciendole muestras de cariño y amor, muchas veces he pensado que tal vez me excedo por lo de ser hija unica y que luego se hace muy mimosa y caprichosa, pero leyendo este artículo ya no me queda ninguna duda, tengo todas las razones del mundo para decirle que la AMO, gracias por esta gran aportación que haces muchos besos y cuidate mucho.