lunes, 22 de marzo de 2010

La Angustia de Separación

Para todo bebé la figura más importante y esencial es su mamá; en el momento del nacimiento y hasta por lo menos los 6 meses, ellos se perciben como un ente único madre-hijo y no comprenden que puedan ser separados. A medida que evolucionan se van dando cuenta que el principal Ser que los alimenta, les da calor y amor puede alejarse de ellos y esto les crea gran angustia por el temor de ser abandonados y entonces comienzan a "extrañar" a las personas que no ven con frecuencia, se vuelven desconfiados pensando que cualquiera los puede separar de mami y empiezan a llorar intensamente hasta que recuperan el contacto con mamá, esta es la etapa llamada Angustia de Separación y se da alrededor de los 8 meses. Tiene una aparición y duración muy varible de acuerdo a la personalidad del bebé y al contacto social que tenga desde los primeros meses de vida. Algunos casos pueden durar hasta los 2 o 3 años pero la mayoría lo supera alrededor del año, aunque como es lógico la ausencia de mamá siempre les causará algo de ansiedad, especialmente si se enfrentan a situaciones nuevas como la guardería o el colegio; por lo tanto se debe tener mucha paciencia y tratar en lo posible de brindarle mucha calidez y seguridad en el tiempo juntos.
Es posible que durante estos meses el bebé incluso pueda empezar a despertarse otra vez en las noches (luego de haber empezado a dormir corrido)una o varias veces por períodos cortos para recibir atención de mamá y asegurarse que está cerca; esto es normal y a medida que sienta que su madre está disponible irá superando esta etapa y volverá a relajarse toda la noche! Es bueno que ante nuevas situaciones la madre o el padre compartan la experiencia con el bebé, por ejemplo los primeros días con una nueva persona que los cuide o en la guardería para que no se sienta "abandonado" y comprenda poco a poco que esta novedad es segura para él.Otra actividad que los ayuda a superar la ausencia de mamá es el juego de esconderse, de esta sencilla manera aprenden que las personas y cosas pueden desaparecer y reaparecer o incluso permanecer cerca aunque no las vean. Si estamos con el bebé podemos ausentarnos unos segundos del cuarto y hablarle o cantarle desde lejos (siempre y cuando esté seguro) para que entienda que mamá puede estar cerca sin necesidad de tenerla al lado; las ausencias se hacen cada vez más largas hasta que no se angustie porque mamá salga ya que está seguro de que volverá a abrazarlo y besarlo mucho! Unos días o semanas antes de volver al trabajo empecé a implementar estos juegos y a compartir momentos con las personas que cuidarían de mi bebé, ella tomó confianza y cariño, esto da tranquilidad a ambas y permite que las madres continuemos sin tanta angustia con nuestros roles profesionales y personales a los que pertenecemos hoy en dia.

martes, 16 de marzo de 2010

Cólicos del bebé

Los terrible COLICOS
Desde el nacimiento y aproximadamente hasta los 3 meses, algunos bebés presentan episodios cíclicos de llanto muy agudo que son interpretados como "CÓLICOS". Su aparición es repentina y se caracterizan, además del llanto, porque el bebé está muy intranquilo, irritable, y suele arrugar la carita y flexionar las piernas sobre su abdomen como si tuviera dolor. Es casi imposible saber realmente qué está pasando en esos momentos, pero hasta ahora se ha interpretado como dolor abdominal que se presenta con oscilaciones de intensidad. Puede durar de unos minutos hasta horas y es muy angustiante y frustrante para los padres porque hay muy poco que hacer. Los padres de bebés que padecen, como en mi caso, estos episodios los recordamos como lo peor de los primeros meses de vida, y puede llegar a ser tan desesperante que es motivo de consulta muy frecuente en emergencia y en el control pediátrico, inclusive además de repercutir en la paz y equilibrio familiar, trae como consecuencia muchas veces medicaciones innecesarias desde temprana edad, ya que las crisis se adjudican a dolor, gases, mala digestión, intolerancia a la lactosa, problemas neurológicos e incluso casos de resolución quirúrgica si el médico que los enfrenta no se informa bien sobre las características individuales  y no se encuentra bien preparado, ya que la experiencia con estos casos permite realizar adecuadamente los diagnósticos diferenciales necesarios y buscar la solución o por lo menos orientar en el manejo de este problema.
 Se ha observado cierta predisposición para sufrir de estos episodios, en bebés cuyos hermanos y/o hermanas han presentado dicho cuadro; igualmente es mucho más frecuente en bebés que no reciben lactancia materna o a los que se les ha incorporado biberón desde edades muy tempranas. Se ha planteado que se deben a inmadurez del sistema digestivo, a malas técnicas de alimentación por presencia de gases que distienden el intestino y provocan molestias, al uso de fórmulas no adecuadas o inclusive a una mala dieta materna durante la lactancia; ninguna de estas hipótesis tiene sustento científico adecuado hasta el momento.  Otra teoría es que no se trata de un dolor físico en sí, sino de un momento de "ansiedad" o angustia del bebé, ya que llama la atención que la mayoría de los episodios son en la noche o al final de la tarde  (alrededor de las  6 pm) cuando ya el niño está "cansado" de las actividades del día (la llamada “Hora Loca”). Algunos lactantes experimentan cólicos a diario, otros al menos 3 veces por semana. Pero la regla es su periodicidad.

 Durante estos episodios el mejor calmante es todo lo que le brinde la seguridad y confort que el bebé tenía en el vientre materno. La voz de mamá, el contacto piel con piel, la música, los movimientos rítmicos como mecerlo, acunarlo y abrazarlo, darle teta, masajes en el abdomen con alguna crema suave en el sentido de las agujas del reloj, un baño con agua tibia, sonidos repetitivos como por ejemplo la lavadora, un ventilador, la lluvia, una corriente de agua, etc, logran calmar la mayoría de las crisis o acortar su duración. Lo importante es no desesperarse, porque la angustia de los padres empeora las sensaciones desagradables del bebé; hay que intentar tranquilizarlo, vigilar las técnicas de alimentación (extraer bien los gases) y en caso de no lograr alivio consultar de inmediato a su pediatra, ya que hay problemas de salud que pueden provocar crisis de llanto. Es útil llevar un “diario” de las características de los episodios donde se incluya hora, frecuencia semanal, duración, manifestaciones del lactante, y si se observa qué cosas lo empeoran o mejoran. Luego de los 5 a 6 meses, tal como aparecieron, las crisis se van y aunque hay niños que tienen horas de intensidad con conductas que suelen ser rítmicas en el tiempo, ya se asocian con causas específicas como sueño, calor, hambre, deseos de cambiar de actividad u otros motivos ya identificables que para los padres y pediatras son más fáciles de solucionar.

sábado, 6 de marzo de 2010

La Alimentación

La alimentación del bebé siempre constituye una de las principales preocupaciones de los padres. Es importante que se sigan los consejos médicos a cerca de la nutrición del niño para garantizar un crecimiento y desarrollo adecuados y evitar problemas gastrointestianles y alérgicos. Desde el nacimiento y hasta los 5-6 meses el UNICO alimento que debe y puede recibir el bebé es la LECHE MATERNA a libre demanda o fórmulas maternizadas según el caso. Todas las necesidades nutricionales están cubiertas por la lactancia y a partir del quinto o sexto mes el bebé puede comenzar a comer otros alimentos diferentes a la leche, esta transición se llama ABLACTACIÓN. La introducción de nuevos alimentos no implica que el niño deba dejar de tomar leche materna, por el contrario ésta sigue siendo su principal alimento hasta los 2 años de edad (recomendado por la OMS). No hay ningún apuro en comenzar a darle alimentos al bebé, tiene mucho tiempo por delante para descubrir un mundo lleno de sabores, colores, olores y texturas! Además de la edad, existen otros indicativos que se toman en cuenta para saber si el bebé está preparado para probar otros alimentos, como su desarrollo psicomotor; que le permita controlar su cabeza y cuello, mantenerse sentado y sostener su tronco erguido con poco apoyo, la capacidad para abrir la boca y tolerar un alimento de forma diferente a la succión, el interés que ponga cuando ve a los adultos comer, la curiosidad por los alimentos, la capacidad de cerrar la boquita y negarse a recibir más comida cuando ya está lleno o no desea comer, etc... todas estas señales irán apareciendo poco a poco y definen el gran paso de sentar a nuestro bebé a comer con nosotros. La alimentación no sólo es una necesidad sino un placer y desde el inicio de la misma se deben crear hábitos saludables como incorporar alimentos balanceados y hacer de la hora de comer una experiencia agradable. Nunca debe obligarse al comer al niño, él como individuo irá definiendo su apetito, costumbres y gustos; nosotros debemos guiar esta etapa ofreciendo nutrientes de todos los grupos alimentarios progresivamente y de maneras variadas según las capacidades del bebé, la dentición y su tolerancia. Lo ideal es iniciar con cereales sin gluten (arroz) en papillas o biberón elaborados con leche materna o de fórmula y frutas no cítricas (como manzana, pera, lechoza) en compotas. Todos los alimentos ofrecidos al bebé la primera vez deben ser naturales, hechos en casa con las mayores normas de higiene y sin azúcar. Puede ofrecerse pequeños trozos de aliemntos blandos que el bebé pueda ir comiendo por sí mismo. Recordemos que el niño está experimentando por primera vez los sabores y es importante que no se "disfracen" con condimentos. Ya más adelante se pueden iniciar sin problema las compotas comerciales. Igualmente se debe probar un alimento por vez y darlo por lo menos 2- 3 días para ver como lo tolera el bebé. Las primeras verduras se introducen a partir de los 6 meses y las ideales son las de alto contenido de betacaroteno y más digeribles: auyama, apio, zanahoria, calabacín, papa. Luego de haber probado varias frutas y verduras se pueden mezclar y combinar. Entre el 6to y 7mo mes se puede comenzar con carnes, primero blancas como el pollo y luego rojas; al principio en caldo,licuadas con verduras y progresivamente cerca del 8vo mes en pequeños trozos, finamente picada o molida. Un consejo práctico es licuar cada vez menos las sopas, al principio hacerlas tipo crema, inclusive pueden llevar un poco de leche y luego dejar los componentes más enteros a medida que el niño aprenda a masticar. También dede los 6- 7 meses se introducen los cereales con gluten (trigo), la cebada, avena y maíz y más variedad de frutas: mango, guayaba, cambur, melón, piña, durazno, melocotón, ciruela, etc. Ya el bebé puede comer alimentos más sólidos y se le puede ofrecer pan, galletas (sin colorantes ni chocolate), pasta, arepa (la masa de harina de maiz con un poquito de mantequilla) y derivados lácteos como queso ( no salados ni amarillos) y yogurt. Los granos pueden empezarse a los 8- 9 meses primero licuados en pequeña cantidad: arvejas y lentejas a las cuales se les puede agregar un chorrito de aceite vegetal (maíz, oliva, soya) crudo para facilitar su digestión. Los vegetales verdes como la espinaca, el berro, la acelga, el brócoli son ricos en hierro y muy nutritivos, se pueden preparar en cremas, sopas o trocitos como acompañantes de las carnes. Las verduras se pueden ofrecer en puré o trocitos y poco a poco el bebé puede ir tomando la comida con sus manos para que conozca las texturas y consistencia de cada alimento y lo introduzca él mismo a la boca; esto le motiva a probar nuevas comidas y hará más divertida la experiencia. Al principio paciencia..., hasta las paredes tendrán más sopa que lo que toma nuestro bebé! pero con el tiempo ese nuevo miembro formará parte de nuestra mesa y disfrutaremos de la hora de comer en familia. Ya a los 9- 12 meses casi todos los bebés se han incorporado a la dieta familiar. Esta es la edad de introducción de frutas como la fresa, algunos pescados, frutos secos y el huevo (especialmente en niños con antecedentes alérgicos).
Al iniciar la ablactación, las tomas de leche materna o biberón no se sustituyen por comidas hasta que el bebé ingiera una cantidad suficiente de las mismas, al principio se da a probar y se va aumentando la cantidad segun quiera el bebé. Ya para los 7-8 meses debe ingerir por lo menos 2 comidas al día y no menos de 600 cc de leche al dia. Las meriendas son importantes a media mañana y en la tarde, pueden ser: yogurt, galletas no saladas, gelatina, frutas picadas o compotas, jugos naturales. Un bebé que se alimente en forma balanceada no necesita tomar complementos vitamínicos, todo lo que necesitamos nos lo ofrece una dieta que incluya carbohidratos (principal fuente de energía), proteínas y grasas en proporciones adecuadas.

jueves, 4 de marzo de 2010

Crecimiento y Desarrollo

Todos los seres humanos somos diferentes y desde que nacemos evolucionamos a un ritmo muy individual marcado por aspectos genéticos, alimentarios y personales. Sin embargo hay parámetros para estandarizar el crecimiento y desarrollo, permitiendo vigilar que todo marche sobre ruedas. Al momento del nacimiento, generalmente los bebés pesan alrededor de 2.800 y 3.800 gr midiendo entre 49 y 55 cms; las hembras oscilan entre los 2.500 y 3.500 y los 45 a 52 cms. El recién nacido puede perder hasta un 10% del peso corporal del nacimiento durante la primera semana de vida, no debemos preocuparnos por eso ni cuestionar si la alimentación es poca o la lactancia no es adecuada, este peso se recupera rápidamente para la segunda semana de vida.Durante los 3 primeros meses de vida el crecimiento es muy acelerado, los bebés aumentan de 700 gr hasta 1 Kg mensual. Generalmente a los 5 meses se duplica el peso del nacimiento y al año de edad se triplica.Después de los 6-7 meses el ritmo de crecimiento desciende un poco a 500- 700 gr por mes para después del año reducirse a 200 gr mensuales. A los 2 años el niño cuatriplica el peso al nacer y a partir de aquí varía ampliamente la ganancia de peso según la configuración del niño, para evaluar si es adecuado el Pediatra ubica los datos de peso, talla, y circunferencia cefálica en tablas de crecimiento que deben ubicarse entre parámetros estimados en grandes poblaciones y que se consideran como normales. Se ha comprobado que los bebés alimentados con lactancia materna tienen un aumento de peso un poco menor que los alimentados con leche artificial, lo cual no quiere decir que éstos últimos estén mejor alimentados, por el contrario se plantea que la lactancia con fórmulas desde edad temprana, contribuye e incrementa problemas de obesidad y metabolismo a futuro. Lo importante es que cada bebé sea evaluado y controlado con regularidad en su consulta pediátrica para determinar individualmente si es adecuado su progreso. Así como el crecimiento se ve afectado por las características de cada bebé, su desarrollo recibe enorme influencia de su entorno social, cultural, afectivo y del grado de estímulo que reciba. Existen 4 esferas del desarrollo humano: el aspecto motor grueso y fino, el lenguaje y el área personal-social. Los bebés pueden progresar a diferentes ritmos en cada área pero de seguro siempre nos sorprenderán y emocionarán sus nuevos logros! Es importante que desde el primer contacto con el bebé estimulemos todos sus sentidos: la vista ( que ya a partir del 3 mes distingue colores y profundidad)con colores llamativos y figuras; el tacto con juguetes y objetos de diferentes texturas; el oído con nuestra voz, cantos, cuentos y arrullos; el olfato, que al nacer ya conoce a la perfección el olor de mamá! y más adelante el gusto cuando se inicia la alimentación diferente a la lactancia. Cada día del bebé es diferente y estará lleno de experiencias que marcarán su corta vida y la nuestra como padres.