jueves, 26 de septiembre de 2013

MIO y sólo MIO!

Los lactantes no saben compartir. Cúantas veces nos hemos visto en la situación en la que nuestro hijo está con otros niños y se quiere apoderar de todo a su alrededor y no prestar nada... Eso es completamente normal, hasta cierta edad. Los primeros meses y años de vida los bebés están explorando y quieren que todo sea para ellos, son individualistas por naturaleza, si algo se les quita piensan que nunca volverán a tenerlo, no comprenden la reciprocidad del juego en grupo.
Es por eso que es inútil forzarlos o reprenderlos porque no logran compartir sus juguetes. Sea paciente, luego de los 2 años y medio aproximadamente, comienzan a comprender el valor de los juegos en grupo, de compartir fantasías, objetos y acciones. Eso sí, desde los primeros momentos debemos fomentar (que es diferente a obligar) que preste y comparta sus cosas. Es una ventaja si se tienen hermanos en casa, si no, se aprovechan todas las oportunidades en que el niño esté con otros y observe de que se trata el compartir.
Además debemos tomar en cuenta que existen objetos de apego, que tienen una alta carga afectiva para el niño y sería un error obligarlo a compartir con otra persona de forma impositiva, ya que ese elemento significa algo especial para el niño y le costará mucho más desprenderse de él. Por ejemplo su oso de dormir, su cobijita, una muñeca especial. Estos objetos tienen un significado particular para su hijo y así como Ud. no prestaría su carro o su anillo de bodas a otro, compréndalo y no lo fuerce a entregar lo que para él es un tesoro muy personal. Entonces respete sus deseos y es preferible mantener estos juguetes en mayor resguardo, para evitar que se sienta invadido y se desencadene una rabieta perdiendo la oportunidad de que disfrute jugar con otros niños.

Si la situación se presenta con un hermano mayor, explique a su hijo más grandecito que tenga paciencia, pero sea equitativo. Cambie un juguete o distracción por otra y evite conflictos, busque actividades y juegos para ambos que los mantengan ocupados y entretenidos.

 

 

Por qué??????


Una vez establecido el lenguaje, generalmente a partir de los 2 años y medio comienza la etapa del  POR QUÉ?!  Los preescolares son esponjitas que absorben todo a su alrededor y la curiosidad por explorar, investigar y aprender es inagotable; por eso se interesan por saber cómo suceden y funcionan las cosas. Nuestro deber como padres: responder con paciencia a todas las interrogantes que el niño nos plantee.

Utilice un lenguaje sencillo, con palabras que sean fáciles de comprender. Ayúdese con ejemplos de cosas cotidianas o inclusive con cuentos y juegos para que el niño capte los conceptos e ideas.

Nunca conteste con evasivas, todas las preguntas de su hijo son importantes y si tiene alguna dificultad para explicarle sobre un tema, por ejemplo sexo o muerte, no dude en buscar ayuda. Adapte la información a la edad y entorno de su hijo. Ante una pregunta difícil, trate de mantenerse calmado y no expresar con gestos desagrado, pena, miedo o malicia. Sea natural, converse con su hijo y verá cómo sin darse cuenta se convertirá en uno de sus mejores amigos.

La educación comienza en casa y el hogar es la mejor fuente de información para que el niño crezca seguro y capaz de enfrentar al mundo.

Iniciando el cuidado fuera de casa y la escolaridad



En el mundo actual, cada vez más temprano,  las madres modernas trabajadoras tienen la necesidad de acudir a alguien para el cuidado de sus hijos. Las guarderías abundan y por todos lados se ven ofertas de hogares de cuidado, centros de educación inicial, tareas dirigidas, etc. No es fácil dejar en manos de alguien más a nuestros grandes tesoros, pero muchas veces es inevitable. Las guarderías  tienen como todo, ventajas y desventajas. En niños menores de 2  años la mayoría de los pediatras estamos de acuerdo que en lo posible se evite llevarlos a guardería ya que su sistema inmunológico, aun inmaduro se expone en estos lugares a muchísimo contacto con virus y bacterias que pueden causar enfermedades infecciosas frecuentes. Se recomienda adaptar el horario de los padres para el cuidado del bebé pero la mayoría de las veces es casi imposible, y si no se puede recurrir a los abuelitos, se debe buscar la mejor opción para que estemos tranquilos y confiados de que nuestro bebé está bien cuidado.

La Sociedad Venezolana de Pediatría (2010) ha elaborado consenso sobre las normas que deben cumplir los lugares de cuidado infantil, en cuanto a espacio, instalaciones, personal, materiales, medidas de seguridad, higiene  y alimentación. Se debe empezar la búsqueda con anticipación para evaluar las posibilidades con calma y decidir en familia qué lugar escoger. A simple vista las guarderías pueden ser muy vistosas, nuevas y bonitas, pero la responsabilidad del cuidado de nuestros hijos va más allá. Entrevístese con el director del centro las veces que sea necesario. No quede con dudas, preguntar todos los detalles es su derecho. Vea personalmente las instalaciones, haga visitas, inclusive si puede observe mientras otros niños están en actividades.  Verifique que los espacios sean amplios e infórmese de cúantos niños estarán por área o salón y con cuánto personal. El personal deben ser profesionales capacitados en educación infantil, pedagogía o salud que preferiblemente tengan algún tiempo trabajando en el área. Observe si las instalaciones son seguras si cuenta con salidas de emergencia o puertas grandes, espacios abiertos, si hay escaleras con seguridad, si hay piscinas o tanques de agua protegidos.  Los salones deben ser ventilados e iluminados. Debe contar suficientes zonas para aseo personal, baños para niños y adultos accesibles y confortables. El área de alimentación limpia, con conservadores de alimentos adecuados y personal experimentado. Si se trata de un centro de educación inicial pregunte por el programa educativo, los textos y las actividades que realizarán.  Siéntase libre de preguntar todo lo que le inquiete!

Le sugiero que cuando tenga ya opciones escogidas permita que su hijo participe en la selección, así sea muy pequeño incluirlo en el proceso es positivo y si ya es mayorcito lo estimulará y lo hará sentir considerado. Muèstrele las instalaciones y que conozca a las maestras, al personal, los ambientes. Vaya varias veces y cuando tenga el lugar seleccionado menciónelo como “tú colegio, tu escuela o tu guardería” para que el niño lo asuma como algo propio. Unos meses antes del inicio comience a hablarle temas relacionados con el gran paso. Por ejemplo, qué actividades va a realizar en el nuevo ambiente, que conocerá a otros niños, que podrá jugar con ellos, que habrán canciones, juegos y será divertido. Cree buenas expectativas sobre el cambio, mencione lo positivo y prepare el terreno para que su hijo capte que Ud está tranquilo e ilusionado con su nueva etapa. Los padres nos llenamos de miedos y sufrimos al dejarlos por primera vez en un lugar diferente y con gente “extraña”, pero debemos demostrar tranquilidad y confianza. No son convenientes largas despedidas o hacerlas dramáticas y difíciles. Con un paso seguro dejar al niño en “manos” de su nuevo cuidador o cuidadora, despedirse con un abrazo y palabras dulces es suficiente. Hay lugares donde aceptan que los padres compartan unos minutos o horas los primeros días en las actividades del plantel para que el desprendimiento del niño sea más progresivo, pero generalmente esto es difícil por la infraestructura de los locales y la comodidad de niños y maestros. De todas maneras si siente la necesidad, plantéelo.

Diga a su hijo que viene a buscarlo en tanto tiempo, para que comprenda que no se quedará  allí para siempre y aprenda poco a poco a esperar. Durante los primeros días le aconsejo deje a su hijo poco tiempo en el nuevo ambiente. Por ejemplo el primer día búsquelo en 1-2 horas, al 3er día ya en 2-3 horas y así progresivamente hasta que cumpla su jornada completa.

Nunca lo regañe por “llorar” o negarse a ir al colegio, es normal que al principio este cambio de rutina de separarse de sus padres  lo afecte. Trate de hacer del momento de preparación para la escuela un rato agradable. Intégrese a sus actividades escolares, conozca el nombre de sus maestras, compañeros y amigos, menciónelos en casa. Comparta canciones, actividades  y juegos que el niño vaya aprendiendo y haga del hogar un complemento educativo en todo sentido.

Comente cualquier inquietud o duda que tenga con las maestras, puede apoyarse con un cuaderno o diario de enlace, o enviar notas según necesite algún punto atención especial como problemas de salud, alergias del niño a alguna comida o material, gustos, costumbres, etc que ayuden al personal a integrar al niño con mayor facilidad y seguridad.   Suerte!