Es por eso que es inútil forzarlos o reprenderlos porque no logran compartir sus juguetes. Sea paciente, luego de los 2 años y medio aproximadamente, comienzan a comprender el valor de los juegos en grupo, de compartir fantasías, objetos y acciones. Eso sí, desde los primeros momentos debemos fomentar (que es diferente a obligar) que preste y comparta sus cosas. Es una ventaja si se tienen hermanos en casa, si no, se aprovechan todas las oportunidades en que el niño esté con otros y observe de que se trata el compartir.
Además debemos tomar en cuenta que existen objetos de apego, que tienen una alta carga afectiva para el niño y sería un error obligarlo a compartir con otra persona de forma impositiva, ya que ese elemento significa algo especial para el niño y le costará mucho más desprenderse de él. Por ejemplo su oso de dormir, su cobijita, una muñeca especial. Estos objetos tienen un significado particular para su hijo y así como Ud. no prestaría su carro o su anillo de bodas a otro, compréndalo y no lo fuerce a entregar lo que para él es un tesoro muy personal. Entonces respete sus deseos y es preferible mantener estos juguetes en mayor resguardo, para evitar que se sienta invadido y se desencadene una rabieta perdiendo la oportunidad de que disfrute jugar con otros niños.
Si la situación se presenta con un hermano
mayor, explique a su hijo más grandecito que tenga paciencia, pero sea
equitativo. Cambie un juguete o distracción por otra y evite conflictos, busque
actividades y juegos para ambos que los mantengan ocupados y entretenidos.
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