Los terrible COLICOS
Desde el nacimiento y aproximadamente
hasta los 3 meses, algunos bebés presentan episodios cíclicos de llanto muy
agudo que son interpretados como "CÓLICOS". Su aparición es repentina
y se caracterizan, además del llanto, porque el bebé está muy intranquilo,
irritable, y suele arrugar la carita y flexionar las piernas sobre su abdomen
como si tuviera dolor. Es casi imposible saber realmente qué está pasando en
esos momentos, pero hasta ahora se ha interpretado como dolor abdominal que se
presenta con oscilaciones de intensidad. Puede durar de unos minutos hasta
horas y es muy angustiante y frustrante para los padres porque hay muy poco que
hacer. Los padres de bebés que padecen, como en mi caso, estos episodios los
recordamos como lo peor de los
primeros meses de vida, y puede llegar a ser tan desesperante que es motivo de
consulta muy frecuente en emergencia y en el control pediátrico, inclusive
además de repercutir en la paz y equilibrio familiar, trae como consecuencia
muchas veces medicaciones innecesarias desde temprana edad, ya que las crisis
se adjudican a dolor, gases, mala digestión, intolerancia a la lactosa,
problemas neurológicos e incluso casos de resolución quirúrgica si el médico
que los enfrenta no se informa bien sobre las características individuales y no se encuentra bien preparado, ya que la
experiencia con estos casos permite realizar adecuadamente los diagnósticos
diferenciales necesarios y buscar la solución o por lo menos orientar en el
manejo de este problema.
Se
ha observado cierta predisposición para sufrir de estos episodios, en bebés
cuyos hermanos y/o hermanas han presentado dicho cuadro; igualmente es mucho
más frecuente en bebés que no reciben lactancia materna o a los que se les ha
incorporado biberón desde edades muy tempranas. Se ha planteado que se deben a
inmadurez del sistema digestivo, a malas técnicas de alimentación por presencia
de gases que distienden el intestino y provocan molestias, al uso de fórmulas
no adecuadas o inclusive a una mala dieta materna durante la lactancia; ninguna
de estas hipótesis tiene sustento científico adecuado hasta el momento. Otra teoría es que no se trata de un dolor
físico en sí, sino de un momento de "ansiedad" o angustia del bebé,
ya que llama la atención que la mayoría de los episodios son en la noche o al
final de la tarde (alrededor de las 6 pm) cuando ya el niño está
"cansado" de las actividades del día (la llamada “Hora Loca”).
Algunos lactantes experimentan cólicos a diario, otros al menos 3 veces por
semana. Pero la regla es su periodicidad.
Durante estos episodios el mejor calmante es
todo lo que le brinde la seguridad y confort que el bebé tenía en el vientre
materno. La voz de mamá, el contacto piel con piel, la música, los movimientos
rítmicos como mecerlo, acunarlo y abrazarlo, darle teta, masajes en el abdomen
con alguna crema suave en el sentido de las agujas del reloj, un baño con agua
tibia, sonidos repetitivos como por ejemplo la lavadora, un ventilador, la lluvia,
una corriente de agua, etc, logran calmar la mayoría de las crisis o acortar su
duración. Lo importante es no desesperarse, porque la angustia de los padres
empeora las sensaciones desagradables del bebé; hay que intentar
tranquilizarlo, vigilar las técnicas de alimentación (extraer bien los gases) y
en caso de no lograr alivio consultar de inmediato a su pediatra, ya que hay
problemas de salud que pueden provocar crisis de llanto. Es útil llevar un
“diario” de las características de los episodios donde se incluya hora,
frecuencia semanal, duración, manifestaciones del lactante, y si se observa qué
cosas lo empeoran o mejoran. Luego de los 5 a 6 meses, tal como aparecieron,
las crisis se van y aunque hay niños que tienen horas de intensidad con
conductas que suelen ser rítmicas en el tiempo, ya se asocian con causas
específicas como sueño, calor, hambre, deseos de cambiar de actividad u otros
motivos ya identificables que para los padres y pediatras son más fáciles de solucionar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario